"(...) esa pieza fundamental de la filosofía “a martillazos”
de Nietzsche que es es El Anticristo, se conforma toda ella como un
desenmascaramiento de las distintas formas aplicadas del “buen corazón”, esa
especie de salivilla repulsiva que se escapa de la comisura de los labios de
los exhibicionistas de la bondad, que afirman combatir la miseria ajena pero
que hacen lo posible por conservarla y multiplicarla, puesto que al fin y al
cabo viven de y por ella. Nada más malsano, nos dirá Nietzsche, que ese culto a
la pobreza y al fracaso que hay tras la misericordia cristiana, cuya variante
laica actual sería lo que algunos etiquetan con el eufemismo “solidaridad”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario