En la era tecnológica en la que nos movemos, aparecen en ciertos momentos mensajes futuristas que no hacen sino recordarnos la pasta de la que estamos hechos. Series como Black Mirror, Mr. Robat o películas como El Círculo o Connection, entre otras, no hacen sino poner de manifiesto la pertenencia del individuo a un colgomerado social del que se le hace difícl escapar cada vez más gracias a las redes (término poco inocente y una metáfora en la que quedarse atrapado).
La vigilancia de unos hacia otros, pareciera tornarse una pesadilla al estilo Walking Dead cuando siempre ha sido aquello a lo que más le debemos temer: al otro. Si uno se construye en base al otro, ¡controlemos a ambos! Es el tejido del que se fabrica la desconfianza, el racismo, la xenofobia, etc.
Así plataformas digitales se encargan de "sugerirnos" contenidos, para crear un perfil del que no podemos escapar, aunque creamos lo contrario. Son las tretas del llamado transhumanismo, que se ha instalado en nuestras vidas para hacernos creer que podemos ir más allá de nuestra especie, de quienes somos.
Es el entretenimiento en el que se disfraza toda una maquinaria de poder peligrosa que nos tiene "en-red-ados" y entretenidos para robarnos nuestra identidad y guiarnos, creando conocimiento dentro incluso de nosotros mismos. Las opiniones se generan en base a esos contenidos que no están elegidos azarosamente.
EL hombre siempre ha tratado de dar explicaciones ante el misterio de la alteridad y hoy más que nunca ese misterio se desvanece porque aquel que es otro, adopta múltiples formas y te vigila...
La inteligencia se pone al servicio de esta vigilancia que se camufla en algo naïf que cualquiera puede tener acceso a través de un dispositivo.
Lo preocupante es la creación de un conocimiento colectivo que nos está llevando al desconocimiento de nuestra naturaleza misma...
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