La jerga de los medios

De todos es sabido cómo los medios de comunicación, al servicio del poder, generan una dinámica de producción de capital simbólico en lo que al universo lingüístico-social se refiere.
Hoy podemos leer tras el resultado de las elecciones municipales españolas un titular que dice: La mitad de las capitales pueden quedar en manos de la izquierda. Quedar en manos de la izquierda, comparando este amplio concepto a un ente capaz de poseer  e hipnotizar a cualquiera que no profese sus ideales, no tiene que ser menos que negativo y por eso debe ser evitado. Por otro lado, como una guerra de galaxias o un juego de estrategia, que las capitales queden en manos de...nos remite no sólo a una pugna territorial sino a la necesidad de ver al país como un todo no fragmentado necesitado de un poder aún menos fragmentado y diversificado. Sin duda, son los coletazos de la herencia de lo que somos y a la que nos trata de arrastrar desde este discurso, generando una cosmovisión de la península ibérica como un único territorio social necesitado de un pensamiento también único. A estas alturas...

Un mundo feliz...al que ya hemos llegado

Increíble panorámica de lo que ya está en el mercado para el control de los bebés. Los productos se agotan a la salida al mercado ¿padres paranoicos? ¿búsqueda de seguridad inmediata? El paradigma tecnológico actual no está exento de una intencionalidad maligna disfrazada de trashumanismo: el consumo. 

Violencia escolar

El convulso episodio de la violencia acaecida en un instituto catalán nos debería llevar a preguntarnos... ¿de dónde viene realmente esa violencia? El sistema educativo basado en la transmisión, de conocimientos, de competencias, de moldes...cuyo rigen remonta a la era de la industrialización está muerto. Es un sistema que aprueba la violencia, la legitima. ¿Qué es sino un boletín de notas en donde un niño es valorado con un número? ¿qué tipo de ansiedades y miedos le provoca a un niño el tener que llegar al 5, al 7 o ser un sobresaliente?
Por otro lado, la ansiedad de los padres, muchas veces no  canalizada correctamente porque el sistema de llegar a fin de mes ya se encarga de añadir más leña al fuego, hace que  aparezca el grito, la bofetada o la paliza como medio para hacerle llegar al niño que hay que ser mejor, que debes aprobar, que no puede ser que "me traigas estas notas". Wild ya coentaba que los padres buscan como recompensa al consumismo absorvente de libros, cuotas, uniformes y demás, el que sus hijos rindan en los estudios, sean dóciles y adquieran conocimientos medibles y seguros. 

Son muchos los niños que sufren, víctimas de este sistema y su estructura para medir, racionar, anular o desviar el deseo natural de aprender. Y cada día nos encontramos muchos de estos chicos en las aulas, con la cabeza baja y tratando de aprender lo que no entienden. Wald afirmaba, en referencia a los adolescentes actuales, que con lo que nos enfrentamos es con una generación que no está por ningún medio, segura de poseer un futuro, y esto es lamentable.
Un sistema educativo actual que está en quiebra, que no necesita más que dejar de apostar por él, dejar que se consuma, que pase a formar parte de los reductos religiosos y de aquellos que apuestan por ellos como único modo de llegar a eso que tanto les preocupa: la disciplina. Bendita palabra y moneda de cambio del miedo a que los niños "se desvíen del camino". Ahora son ellos, los niños, los que deben encontrar, experimentar y escribir su propio camino, para poder llegar a crear una sociedad donde las personas sean protagonistas de sus propias acciones. Es necesario parar, destituir a aquellos que con el disfraz de la nueva era o la misma moral católica tratan de perpetuar un  sistema caduco. O'Brien, el agitador nacionalista irlandés, postulaba que la violencia es el único camino para lograr una audiencia a la moderación. No debemos permitir más esta violencia en la educación de las futuras generaciones.