Aprovechando algunos pasajes de Rebeca Wild acerca de las construcciones de modelos sociales en los niños:
"Hasta ahora los jóvenes tenían que buscar su verdad entre una imagen de sí mismos, posiblemente forzada sobre ellos desde fuera, y la otra imagen subjetiva que cada una mantiene y transforma desde su punto de vista interno. Pero para nuestros niños la misma subjetividad ya está debilitada por un ambiente sobrecargado de imágenes y figuraciones poderosas. Los medios de comunicación de toda clase invaden sus experiencias con lo que 'ya se conoce', antes de que ellos tengan la oportunidad de vivir su propia vida y experimentar con el mundo a su manera.(...) Así, su propia vida se vuelve menos atractiva y parece tener menos sentido que la vida secundaria que les es dada desde afuera."
Así es, en la actualidad asistimos a una inmensidad de espejos en donde los niños y jóvenes navegan tratando de construir su identidad; las redes sociales, los 'inocentes' videos virales, los modelos infantiles cargados de estereotipos de género, las conversaciones multimedia...son un crisol donde se construye ese otro yo pensado y fabricado perversamente desde la óptica del consumo. Es en esa bipolaridad donde las inocentes vidas se tornan productos que conforman una masa ingente que sostiene unos valores que nunca le fueron ni propios ni genuinos, sino adoptados y pensados para perpetuar un sistema concreto.
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