Violencia? Qué violencia?

Los altercados, que así se llaman a esas situaciones que se consideran como ajenas al orden establecido, que esta jornada de huelga se han producio, no se pueden siquiera calificar de guerrilla. Falta preparación por parte de la parte opuesta a los opresores. Pero eso no le quita ningún mérito, todo lo contrario. La violencia siempre es violencia, pero la violencia estructural a la que estamos sometidos diariamente es mucho más potente a nivel simbólico. No permite la reflexión, la cohesión social y mucho menos prepara para una lucha social. El hecho dialéctico del que se reviste una jornada de huelga, donde cada cual es libre de ir a trabajar o no, no es sino el producto de la sociedad que tenemos. Los medios mostrarán lo anecdótico, fijarán la mirada y ampliarán la lente social mostrando los actos violentos, dejando de lado esa violencia estructural que cada día deja sin hogar a muchas familias, sin trabajo a tantas otras, sin un servicio de sanidad público o con unas instituciones educativas decadentes. Violentos lo que se dice violentos...ya sabemos todos quiénes son.
Éste es un video interesante, del otro lado...

"Un vídeo revela supuestas torturas en un hospital sirio"

Gracias a la ética postmodernista que actualmente impregna Europa nos encontramos con titulares tan interesantes como éste. ¿Hasta qué punto las torturas pueden ser supuestas? O son o no son torturas. Y siempre son suposiciones que dejan entrever que el otro, el diferente, el amenazante es único digno de ellas, le pertecen por ser distinto. La fragilidad de ciertos términos se reviste de una dialéctica que insinúa la duda constantemente. Seamos críticos, es la única manera de contrarrestar este discurso hegemónico inmovilizante.