El juez...

que ha sido capaz de poner las cosas en su sitio está sufriendo el gran acoso y derribo de un sistema que trata a los grandes pensadores como terroristas, mientras vemos cómo las grandes corruptelas se pasean por el escaparate nacional. ¿Y ésta es la gran España que tenemos? Y estos son los políticos a los que votamos...y la justicia que tenemos. La imparcialidad quedará ahora relegada al plano de lo anecdótico, de lo que fue en un lejano pasado. Cuando nos pregunten nuestros hijos por lo que es un juez, ya no tendremos serios referentes en activo a los que referirnos y salir airosos de la pregunta. Imagino el daño que se hace a una profesión, aunque imagino también a Garzón muy por encima de todo esto, puesto que alguien capaz de sentar en un banquillo de acusados a personajes como el dictador chileno de quien obvio el nombre sólo puede pensar en otros términos, muy por encima de la España de charanga y pandereta que nos rodea. Caen los mejores y se erigen los más burlescos personajes de una escena que ya ni tiene gracia, ni credibilidad y que ni siquiera entretiene, sino más bien preocupa.

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