"En definitiva, lo que pasa es que hay odios de diferentes calidades. Ese que se atribuye a los independentistas es un odio malo, rencoroso y sectario porque quiere romper España. En cambio, el odio que se expresa en brutalidad policial, en la demanda de "hostias como panes" y "cárcel o paredón" para políticos electos, en el desprecio a nuestra lengua, este es odio bueno, porque mira por nuestro bien. He aquí el verdadero problema, y no la declaración de independencia."

Joan B. Culla, historiador y profesor de la Universidad Autónoma de Barcelona

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