Hoy, como de costumbre, personajes de la escena política han abierto al boca y de ella han salido frases como: "Acampar en una plaza pública es privatización de este espacio". La frase no tiene desperdicio, el concepto privatizar que tan acostumbrados están a utilizarlo sin mesura ha aterrizado en el tema de la toma de las plazas y provoca una vergüenza ajena que se torna en provocación. Imagino que es una estrategia de provocación desde el poder porque consideran que el TODO vale es la regla ante una realidad que no saben cómo controlar. El espacio público debiera ser público y la legitimación  de los espacios, desde el momento que  el Estado se encargó de esta tarea, ha hecho que se pierda realmente la noción de espacio público como un lugar de  encuentro espontáneo. Sennet, ya en su obras (Carne y Piedra, 1994; Vida urbana e identidad personal, 2002) hace un profundo análisis de esta cuestión que arroja entendimiento sobre lo que está pasando y siempre ha pasado: la apropiación de los espacios públicos por sus protagonistas.

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